Soledad Mora Saldaña tiene 80 años de edad recién cumplidos, pero durante más de 40 años fue partera. Doña Chole tuvo 11 hijos, pero le sobreviven ocho. Es también abuela de 23, bisabuela de 21 y tiene cinco tataranietos.
Nacida en 1942 en un León que poco tenía de ciudad, y eran escasos los servicios médicos, comenzó muy joven a trabajar en partos. Su madre le enseñó: “Mire. A mi no me gustaba. Me enseñé por necesidad. Mi esposo murió muy joven, a los 47 años, yo tenía 45, y mi mamá me dijo ‘¿Cómo vas a dejar a tus hijos morir de hambre?’, y entonces me puse a trabajar”.
Sin embargo siempre, desde niña, observaba al tiempo en que ayudaba a su madre en la labor de partera, por lo que el oficio no le era ajeno. Incluso Doña Chole fue instruida y avalada por la Secretaría de Salud de Guanajuato en el Hospital General, teniendo también cursos en el Instituto Mexicano del Seguro Social –IMSS-. A la postre era ella la que daba las clases.
“Pero cada vez que se aliviaba una muchacha yo lloraba”, porque a Doña Chole los primeros partos le daban mucho miedo. “Yo hasta hacía mandas de rodillas hasta la Catedral de León para rogarle a la Virgen de la Luz que me diera fortaleza y me quitara el miedo. Al Señor de los Prodigios yo le pedía, y terminé atendiendo hasta tres muchachas al día. Tres nuevas madres”.
“A muchas muchachas me las mandaban del Seguro Social a mi casa, y yo aquí las atendía, y con eso me dio para mantener a mis ocho hijos, y darles el poquito estudio que les di”.
Curiosamente a ninguno de sus hijos pudo ayudar a traer a sus nietos al mundo, ya que en los embarazos de sus hijas y nueras, hubo complicaciones.
“No había muchos colegios, no había tampoco muchos hospitales, ni tampoco tantos doctores”, recuerda la también ama de casa, quien cada miércoles espera a toda su familia, y les cocina filete de pescado. Las comidas suelen ser multitudinarias.
Doña Chole tiene sus orígenes en los Altos de Jalisco y también en Michoacán, con abuelos que vivieron hasta 100 años sin enfermedad alguna, incluso con la dentadura completa.
“Una tía llegó a vivir hasta 115 años, por cierto, también fue partera”, y es que en aquellos años de inicios del siglo XX, el oficio era más común que estudiar medicina.
Doña Chole tuvo su primer hijo a los 16 años, y todos ellos están con ella, y llenan su casa.
“Para mi el Día de la Madre es algo muy bonito. Pero también es triste porque yo ya no tengo a mi mamá, y mi mamá fue una persona extraordinaria. Fue una persona muy linda con toda la gente, muy caritativa. Mi papá fue una persona de mucha caridad, de ayudar a la gente pobre. Yo ahora quiero desearle a todas las madres un hermoso día”.


